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El siguiente paso es conocer y cultivar, paso a paso y sin forzar, la mirada sistémica. Desarrollamos el conocimiento de los aspectos básicos.
Amplitud y profundidad al enfocar un conflicto.
La amplitud.
Tomamos como ejemplo la imagen de Google Earth, como metáfora de la actitud sistémica de ampliar la mirada, para poder llegar a ver
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Desde una posición más alejada e incluyendo más elementos.
Y también desde una más cercana para enfocar con nitidez cualquier elemento a considerar.
Así, mirar en extensión a una persona es ver detrás de él a su madre y a su padre, o a sus dos madres o padres, a su madre, etc., según sea su contexto familiar.
Y detrás de cada progenitor a sus dos abuelos.
Desde la mirada sistémica nos ejercitamos en esta mirada por los beneficios que nos aporta, también a las personas que nos rodean y a los clientes.
La profundidad.
«Lo esencial es invisible a los ojos.»
A. de Saint-Exupéry
Otro movimiento que amplía la mirada es el de comprender en profundidad para acercarnos al detalle y poder acceder a una dimensión menos conocida.
Este enfoque nos ofrece las claves necesarias para acceder a niveles más profundos, frecuentemente desapercibidos, debido a su naturaleza inconsciente.
Este es el ámbito de las dinámicas familiares o los enredos sistémicos que se encuentran en el transfondo de todas las circunstancias o situaciones de dificultad.
Aunque su conocimiento e identificación excede el marco de un curso de introducción y requiere de una mayor especialización a través de una formación de más calado.
Respetar.
Es un «volver a ver», mirando dos veces, yendo más allá de nuestras primeras impresiones y prejuicios, estando disponibles para las personas de nuestro entorno tal como son.
En esta mirada es necesario mirar con claridad y cariño:
A los anteriores. Cada uno de los miembros del sistema familiar, también a todas personas involucradas en una determinada situación.
Sobre todo, a aquellas que cuesta más mirar, las olvidadas o no reconocidas, las que tuvieron destinos más difíciles, etc.
Los hechos pasados. Tanto los de la historia particular del sistema, como los propios. Las personas y los sucesos se encuentran vinculados.
A veces se tiende a «olvidar» o ignorar porque cuesta afrontar algunas situaciones, por ejemplo, las pérdidas que generan un dolor imposible de gestionar.
Reconocer.
Además de identificar lo que se muestra, nos ayuda abrir nuestro corazón y dar un reconocimiento particular desde el aprecio o la gratitud.
También damos un lugar o incluimos a:
Lo que fue. Así como fue, sin quitar ni añadir nada. Mirando amorosamente todo lo que pudo haber: dificultades, dolor, desencuentros, etc.
Lo que es. Tal y como es, en este momento. Esto nos permite estar presentes y este reconcimiento nos reconcilia y empodera.
Evitamos las actitudes excluyentes, son inapropiadas y generan unos resultados indeseados.
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Agradecer.
Decir «gracias» es una manera de reconocer algo favorable que hemos recibido: un gesto, unas palabras o incluso algo material. También nos permite devolverlo y equilibrarlo. Las relaciones necesitan de este intercambio positivo para compensarse y crecer.
La gratitud abre el corazón, de forma que lo que tomamos de ellos «se multiplica» y, aunque resulta paradójico, aún podemos tomar más.
Cuanto más hayamos tomado, más podemos ofrecer como personas y faciliatdores.
Entrar en el campo de la gratitud genera muchos beneficios, nos impulsa y ayuda en cualquier ámbito de nuestra vida.
Podemos reconocer sus efectos, por ejemplo, en la distensión corporal que genera en el plano físico y en una mayor alegría en el nivel emocional. Estos efectos crecerán cuanto más habitemos en ella.
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El sistema familiar.
«Mi felicidad es plena cuando todos los que forman parte tienen un lugar en mi corazón.»
Bert Hellinger
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¿Quienes conforman un grupo familiar? En ocasiones se emplea también el término de red familiar.
A él pertenecen los hermanos, los que viven y los que no nacieron o fallecieron, los padres y sus hermanos, también los vivos y los ya muertos; pertenecen los abuelos, a veces de manera excepcional algún bisabuelo.
También pertenecen todos aquellos que hicieron lugar para otro en el sistema, por ejemplo una pareja anterior o de los padres o los abuelos.
Y, en los casos en los que haya habido algún miembro involucrado en un caso de perpetradores y víctimas, pertenece al sistema la persona que o bien ha recibido un daño grave, quizá mortal, o lo ha infringido.
Secreto #2
Qué fortalece y qué debilita
«Identifico, en cada momento, qué ayuda y qué obstaculiza. Fortalece todo lo que contribuye al bienestar del sistema, una situación o una relación.»
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Identificar lo que fortalece y lo que debilita en cada momento o situación.
Supone un aspecto importante del enfoque de Bert Hellinger, relacionado con la sabiduría en el estar y en el hacer. Y un recurso sistémico muy útil.
# Es importante identificar cómo es posible contribuir al bienestar personal y colectivo en cada situación, en lugar de alimentar las dificultades. Resulta diferencial cuando podemos ponerlo en práctica cada día.
# Antes de decir o hacer algo, siento cuál va a ser su efecto, lo siento primero y también lo comprendo, después confío y me dejo llevar por esa intuición. Las consecuencias son inmediatas y se perciben con claridad. Los resultados son la mejor guía.
# En primer lugar, nos fortalece estar alineados con los Principios Básicos de la Vida y sintonizarnos con las cualidades sistémicas. Cuanto mayor sea nuestro conocimiento de ellos, con mayor facilidad los ejercitamos y llevamos al ámbito personal y nuestra práctica profesional.
# La gratitud
«Dar las gracias quiere decir: Transformar lo que me ha sido regalado y se ha convertido en una parte mía, en una acción que deje a los otros ganar en lo que a mi me ha enriquecido. Solo entonces lo que me ha sido regalado alcanza la perfección.»*
Bert Hellinger
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*HELLINGER, BERT (2006). Pensamientos en el camino. Editorial Ridgen Institut Gestalt.
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